Mediación y convivencia escolar
La educación para la paz y la no violencia es una línea primordial de la educación como motor de evolución de una sociedad que desea vivir y relacionarse en armonía.
Todas las instituciones educativas han adquirido, ante la sociedad, el compromiso de velar por la mejora de la convivencia en los centros educativos, orientando y promoviendo medidas e iniciativas que favorezcan la convivencia escolar y la resolución pacífica de los conflictos.
Una de esas medidas es la mediación escolar, que a partir del Decreto 114/2011, de 11 de mayo y la Orden de Mediación de 27 de junio de 2014, recibe un impulso como procedimiento que permite contribuir a hacer de nuestros centros educativos unos recintos de paz donde la mayoría de los problemas se solventan desde el diálogo, la comunicación y el consenso.
Como define el mencionado Decreto:
La mediación es un procedimiento para gestionar conflictos. Se basa en el diálogo a través de un encuentro voluntario entre las partes implicadas y la persona mediadora, quien siendo ajena al conflicto y actuando de forma imparcial les ayuda a comunicarse. El objetivo es que las partes encuentren y decidan de común acuerdo la manera de solucionar el problema que les mantenía en conflicto. El acuerdo alcanzado debe ser satisfactorio para ambas partes.
En este encuentro voluntario, la figura de la persona mediadora es clave y tiene el complejo reto de ayudar a las personas en conflicto a analizar y considerar todas las opciones que existen, favorecer el diálogo y consecuentemente tomar una decisión que sea beneficiosa para todos los miembros involucrados en la situación de conflicto. Todas las decisiones son aceptadas y asumidas por las partes de forma libre.
En los centros escolares, la mediación está ganando peso frente a otras formas de intervención, como alternativa a las medidas disciplinarias, y como forma de prevención que fortalecer la convivencia en los centros escolares ayudando a adquirir actitudes de justicia, cooperación, respeto, solidaridad, compromiso y participación como base de la democracia y de la convivencia.